tratamiento del comportamiento lunático... o mas bien de una mente brillante

Arkham. La pequeña islita de Gotham donde los impulsos más bajos del hombre se hacen visibles y hasta cotidianos. Ese día, como otros, estaba yo en mi "celda", ese recinto que poco a poco amenazaba con absorber mi cordura y en realidad llevarme a la locura que todo el mundo presumía que padecía. Yo no estaba loco, era demasiado listo para el resto de los simples mortales. No era locura, era inteligencia. Pero era tanta que todos, hasta nuestro querido Caballero de la Noche, la consideraban peligrosa. El cubo de Rubik era un pasatiempo, por lo demás, muy relajante. Había decidido resolverlo antes de que los ruidos de afuera y la blancura de mi celda me volvieran "loco" en realidad. De acuerdo, lo resolví al menos unas tres veces seguidas. Era divertido probar que en realidad era muy listo....

El plan, en esos días, comenzaba a tomar más forma. Crane me mantenía al tanto y yo ansiaba el momento de salir y ser de nuevo el centro de atención, ser Edward Nygma, la portada de todas las revistas y no el sucio de Bruce Wayne. ¡Ja! Si Gotham supiera... Pero que la ciudad lo supiera solamente le quitaría lo divertido al asunto. Como sea, mientras resolvía por cuarta vez el cubo, la alarma de que mi celda se abría me sacó de mis pensamientos y miré al guardia entrar con la intención de llevarme. "¿Terapia?", le pregunté irónico mientras me levantaba y me dejaba poner las esposas, sin dejar el cubo. Salimos y mientras escuchaba las risas y gritos de todos, llegamos a la sala a donde debíamos llegar. Abrieron la puerta y yo entré. La doctora Ivanov estaba ahí. Ya la conocía, había tenido una plática anteriormente y me había resultado muy relajante eso. Era una persona con una mente muy aguda... No tanto como la mía claro, pero lo era, no lo podía negar. El guardia salió, antes me quitó las esposas y yo tomé asiento frente a la doctora, jugando con el cubo en mis manos y le sonreí.

-Nos encontramos de nuevo, doctora -le dije educadamente mientras agachaba la cabeza en señal de saludo- Un gusto, como siempre. ¿Y bien? ¿Hoy que haremos? ¿Una plática tan deliciosa y constructiva como la vez anterior? ¿O algo más psicológico y ético que pretenda curarme de esta "locura" que dicen que padezco?

Me senté frente a él lo observe, nuestra platica anterior había sido antes de que me delegaran ese caso, observe sus manos, jugaba con un cubo de rubick, sonreí ante sus palabras me cruce la pierna y sonreí con tranquilidad, era una persona muy sagaz, la verdad era que era muy brillante y fascinante , demasiado y la mayoría nunca está preparado para esa clase de personas, lo que debía intentar era de ayudarlo a incorporase en la sociedad ese era el objetivo, la pregunta era si eso era lo más correcto… invariablemente era lo mejor para la sociedad pero.. ¿y esa agudeza tan singular? Mi cara no dejaba ver que mi mente estaba cavilando tanto y lo mejor era responder a su pregunta antes que nada más pasara:

-¿Porque no decide eso usted mismo? El punto de la terapia es que usted pueda explayar y encontremos una buena solución… el como usted lo decide… yo pretendo ayudarle y si le ayuda el charlar conmigo estaré de acuerdo en hacerlo… una cosa no está peleada con otra, nuestras charlas se tendrán que regir por lo ético señor Nygma. Particularmente me siento atraída a una ronda de preguntas, cada uno hace una y el otro responde –lo mire con calma, mi voz parecía en control:- ¿usted cree que esta demente señor Nygma?

Lo mire dejando un poco de lado los papeles, esa era una pregunta crucial, mucho depende de lso pacientes el adaptarse cuando ellos mismos aceptan, en este caso nos llevaría a saber si él podria adaptarse a los lineamientos de la sociedad

La miré atento. La escuché aún más. Era... sencillamente increíble que una doctora ¡Una doctora! estuviera hablando de esa forma tan exquisita. Pocas eran las personas con las que podría entablar una conversación. Pero la doctora rompía todos los esquemas: con ella podría explayarme, exponerle hasta lo más bajo de mí y seguir charlando como si nada.

Preguntas. Una ronda de preguntas fue lo último que escuché. Estaba tan ensimismado en mis pensamientos que no escuché nada de lo que anteriormente dijo. Parpadeé y le sonreí, jugando con el cubo de nuevo.

-Me parece una propuesta interesante y constructiva -le respondí y entonces soltó la primer cuestión. ¡Por favor! ¿Demente yo?

-Esa pregunta suena un poco ofensiva para alguien como yo, doctora Ivanov. Es más que claro que si estoy aquí es por solamente demostrarle al mundo que no soy como el resto. Soy mejor. Pero esa excelencia ha sido malentendida y la han convertido en una locura. Yo no estoy demente, solamente poseo una inteligencia superior -le respondí, orgulloso, mostrandole el cubo totalmente resuelto.

Lo mire con calma absoluta, pase mi mano por el bolsillo de mi bata blanca accione la grabadora que tenía ahí para grabar la conversación, eso en ayudaría a se expresaba de una manera muy correcta y cuerda, con propiedad, algo que a veces nadie lograba, no parecía del tipo de personas que estuviera demente sonreí un poco, sus argumentos eran bastante propios y la verdad eran muy lógicos, lo mire de nuevo:

-No pretendía ofenderlo señor Nygma, en realidad lamento que sintiera tal cosa ya que mi intención y el objeto e mi pregunta no era en ningún punto ofenderé sino tener la noción e la forma en que usted se veía a sí mismo, simplemente para entenderlo un poco más.

Lo dije de manera sincera, para mí la verdad él era un hombre con la mente aguda, y una mente aguda a menudo es incomprendida y confundida con demencia solo porque muchos e conforman en la mediocridad mental, claro que no le debía decir eso ya que el problema a juzgar en mi paciente no era su agudeza mental sino su obsesión que podía afectar la convivencia con los demás, aunque lo poco que llevaba platicado con él me parecía un apersona que se sentía incomprendida, suspire, tal vez no es que estuviera demente sino que la sociedad lo llevo a comportare así, después de todo a veces sucede, y comúnmente pasa con los genios… aleje mis pensamientos no me había tocado un caso así, comúnmente me tocaban personas con excesos mentales, este caso era muy difícil, no por la tenacidad mental sino por mis propias ideas, ideas que no debía decir porque mi objetivo era que el usara su mentalidad de manera diferente y que se adecuara a la sociedad que le tocaba vivir aunque ni yo misma estaba segura de ello, lo mire con calma, sabia no demostrar nada en mi cara, mire sus manos y el cubo que me mostraba, estire mi mano para que me lo mostrara:

-¿puedo intentar?- lo mire con calma:- mientras puede hacerme su pregunta, no tema preguntarme lo que sea que lo haga sentir más confianza hacia mí porque después de todo me será más posible ayudarlo más cuando me tenga confianza